Al trabajar como cajero de comida rápida en Los Angeles, Juan Quezada pasa mucho de su tiempo estos días diciéndole a los clientes cómo usar una máscara.

“Se cubren la boca pero no la nariz”, dijo. “Y nosotros les decimos: ‘Tienes que ponerte la máscara bien'”.

Quezada nunca imaginó que acabaría haciendo cumplir el uso de la máscara. Hace seis meses, era gerente de un restaurante, ganaba $30 la hora, trabajaba a tiempo completo y ahorraba para su jubilación.

Pero cuando los funcionarios de salud del condado de Los Angeles cerraron la mayoría de los restaurantes, en marzo, por la pandemia, Quezada perdió su trabajo. El único que pudo encontrar paga mucho menos y es de medio tiempo.

“Sólo trabajo tres o cuatro horas en lugar de ocho, 10 o 12 horas como solía trabajar”, contó.

No conoce a nadie que haya contraído COVID-19, pero la pandemia ha afectado casi todos los aspectos de su vida. “Estoy agotando mis ahorros, agotando y agotando y agotando”, dijo. “Tengo que vender mi coche. Uber es un lujo”. Ahora va en bicicleta o en autobús a su trabajo.

Quezada es una de las cientos de personas que respondieron a una encuesta publicada recientemente por NPR, la Fundación Robert Wood Johnson y la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard.

Entre otras cosas, el sondeo, que encuestó a la gente del 1 de julio al 3 de agosto, encontró que un cifra enorme, el 71% de los hogares latinos en el condado de Los Angeles han experimentado serios problemas financieros durante la pandemia, en comparación con el 52% de los hogares afroamericanos, y el 37% de los blancos. (Los latinos pueden ser de cualquier raza o combinación de razas).

Como Quezada, muchos están quemando sus ahorros y tienen dificultades para pagar necesidades básicas como la comida. Al hombre le quedan unos seis meses de ahorros.

En Los Angeles, más del 35% de los hogares reportan serios problemas para pagar tarjetas de crédito, préstamos u otras cuentas, mientras que el mismo porcentaje dice haber agotado todos o la mayoría de sus ahorros.

El 11% de los angelinos encuestados dijo que no tenían ahorros al comienzo del brote.

A nivel nacional, el panorama es similar. En los resultados publicados, la encuesta reveló que el 72% de los hogares latinos en todo el país enfrentan serios problemas financieros, el doble de la proporción de los blancos no hispanos que participaron en la encuesta.

Y el 46% de los hogares latinos reportaron que han usado todos o la mayoría de sus ahorros durante la pandemia.

A nivel nacional, la encuesta encontró que el 63% de los latinos reportaron pérdida de ingresos familiares ya sea por reducción de horas o salarios, permisos o pérdida de trabajo, desde el comienzo de la pandemia.

Pero los latinos han seguido trabajando durante la crisis, dijo David Hayes-Bautista, profesor de medicina y salud pública en la UCLA.

“En Washington, la idea es que eres pobre porque no trabajas. Ese no es el problema con los latinos”, señaló. “Los latinos trabajan. Pero son pobres. El problema es que no les pagamos”.

Los latinos tienen la mayor tasa de participación en la fuerza laboral de cualquier grupo en California. En marzo, cuando los funcionarios estatales y locales cerraron muchos negocios, los hispanos perdieron sus trabajos como todos los demás. Pero volvieron a trabajar más rápido.

“En abril, la tasa de participación de los latinos [en la fuerza laboral] se recuperó y ha seguido aumentando lentamente, mientras que la tasa de los no latinos está bajando”, explicó Hayes-Bautista. “La recompensa que tienen los latinos por su alta ética de trabajo es una alta tasa de pobreza”.

Esa ética de trabajo también ha contribuido a una tasa mucho más alta de COVID-19. Hayes-Bautista señaló que en California, como en algunas otras regiones de los Estados Unidos, los latinos suelen hacer muchos de los trabajos que se han considerado esenciales, y eso los ha hecho altamente susceptibles al coronavirus.

Los latinos ahora representan el 60% de los casos de COVID-19 en California, aunque son alrededor del 40% de la población.

No sólo se están infectando, sino que, desde mayo, casi se ha quintuplicado el número de latinos en edad laboral  que mueren por el coronavirus.

“Estos son trabajadores que normalmente están en sus mejores años, con mayores ingresos y todo lo demás”, expresó Hayes-Bautista. “Los latinos de entre 50 y 69 años son los más afectados. Es muy preocupante”.

Expuestos y, a menudo, sin seguro médico

A nivel nacional, según la encuesta, 1 de cada 4 hogares latinos reportan serios problemas para pagar por la atención médica durante la pandemia.

Muchos de los trabajos esenciales que los latinos suelen realizar —como el agrícola o asistente en residencia de mayores u otro trabajo por contrato, por ejemplo— carecen de beneficios. Esto significa que algunos latinos están más expuestos al coronavirus y es menos probable que tengan seguro médico porque no reciben cobertura a través de un empleador.

Otros, como Mariel Álvarez, carecen de cobertura debido a las restricciones al no tener la ciudadanía. Vive con sus padres y hermanas en el Valle de San Fernando, condado de Los Angeles. Álvarez perdió su trabajo de ventas y su seguro médico patrocinado por el empleador cuando la pandemia golpeó en marzo, dijo. Luego se enfermó.

Luego, toda su familia se enfermó. Álvarez tuvo que pagar de su bolsillo para ir a una clínica de CVS cerca de su casa. Pero después de un par de visitas a $50 cada una, le resultó demasiado caro.

“No podía permitirme seguir yendo al médico”, explicó. Sospechaba que era COVID-19 pero no pudo hacerse la prueba.

Ahora que se ha recuperado, conseguir un trabajo con seguro médico es crucial porque no califica para ninguna ayuda estatal o federal. Álvarez es indocumentada y fue traída a los Estados Unidos por sus padres, cuando era niña, desde Bolivia. Es una de los aproximadamente 640,000 inmigrantes que tiene un permiso que le permite trabajar y aplazar la deportación bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, o DACA.

“No quiero poner en peligro eso”, dijo Álvarez. “Se supone que no debes usar ninguna de las ayudas del gobierno cuando estás en eso. Se supone que sólo debes trabajar, y eso es todo”.

La pandemia ha creado gran demanda de un trabajo: los rastreadores de contactos. Así que Álvarez completó un certificado gratuito en línea para estar más preparada. Ahora está en el proceso de solicitud; si la contratan, espera tener beneficios de nuevo.

Mientras tanto, hará todo lo posible para no enfermarse.

Fortiér es reportera de salud para KPCC y LAist.com

Esta historia es parte de una asociación que incluye a KPCC, NPR y KHN, un programa editorialmente independiente de KFF.

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