Antes que la pandemia paralizara la industria del entretenimiento en marzo, Jeffrey Farber tenía un flujo constante de trabajo en cine y televisión, incluyendo apariciones en “Hunters” y “Blue Boods”.
Pero cuando se cancelaron las producciones teatro, cine y TV, Farber no sólo perdió sus ingresos como actor, sino que también dejó de acumular las horas y ganancias que necesitaba para calificar para el seguro médico a través de su sindicato, SAG-AFTRA.
Sin estos trabajos en actuación, su seguro terminaría en septiembre.
“Es una situación increíble”, dijo Farber, de 65 años y sobreviviente de cáncer de páncreas. “Va a haber mucha gente que no va a poder vivir así”.
Desde Broadway hasta Hollywood, muchos actores, directores, trabajadores de producción, músicos y otros se enfrentan a situaciones similares. Los trabajadores en la industria del entretenimiento a menudo tienen varios empleadores en el transcurso de un año, a medida que pasan de un espectáculo a otro. En cierto modo, son trabajadores por cuenta propia.
Sus empleadores generalmente hacen contribuciones financieras a un fondo de beneficios bajo los términos del contrato del sindicato. Y los trabajadores pagan primas por su cobertura.
Si acumulan un número predeterminado de horas o ganancias, pueden calificar para la cobertura por un año. La cobertura suele ser amplia y bastante económica. Farber pagaba sólo $408 cada tres meses para él y su esposo.
Es un modelo que algunos académicos piensan que podría funcionar para otros en este tipo de industria. “Hace posible la cobertura en sectores como la venta al por menor, la construcción y el entretenimiento donde de otra manera no se ofrecería”, señaló JoAnn Volk, investigadora del Centro de Reformas del Seguro de Salud de la Universidad Georgetown.
Pero como ha mostrado este tiempo de pandemia, no siempre funciona bien. Alguien en la industria del entretenimiento puede ser capaz de sobrellevar un período de sequía, sin trabajo, porque califica para la cobertura basada en un empleo anterior.
Pero una vez que la cobertura caduca, este sistema podría dejar a los artistas en desventaja sobre otros trabajadores que regresan a un trabajo más convencional, donde la cobertura puede comenzar inmediatamente. Además, los miembros pueden seguir debiendo cuotas sindicales, aunque no sean elegibles para los beneficios de salud.
El momento del cierre no podría ser peor para Farber, que sólo necesitaba 12 días de trabajo o $249 en ingresos, a fines de junio, para calificar para la continuidad de la cobertura en octubre.
En los planes de los sindicatos del entretenimiento, “la cobertura siempre es prospectiva”, explicó Phyllis Borzi, ex secretaria adjunta del Departamento de Trabajo que dirigió la Administración de Seguridad de Beneficios del Empleado y que ahora es consultora. “Eso funciona bien si tienes una interrupción corta, pero han estado sin trabajo tanto tiempo, que si tuvieran horas acumuladas, ya las habrían perdido”.
SAG-AFTRA representa a unos 160,000 profesionales de la televisión, la radio, el cine y otros. El sindicato exige que los miembros de este año deberían acumular al menos 84 días de trabajo calificado o ganar $18,040 en cuatro trimestres para tener derecho a la cobertura de los próximos cuatro trimestres.
Farber finalmente obtuvo un aplazamiento temporal porque se enteró que podía calificar para la cobertura, con menores ingresos, en una categoría separada para las personas que tienen al menos 40 años y 10 o más de elegibilidad para el plan de salud. Pero no sabe cómo los cambios de cobertura planeados para el próximo año afectarán su elegibilidad.
El plan de salud ha tomado algunas medidas para aliviar las preocupaciones planteadas por los miembros. En abril, redujo las primas de atención médica a la mitad para el segundo trimestre y en septiembre anunció una reducción temporal de las primas de COBRA para algunos miembros.
El fondo de beneficios SAG-AFTRA no respondió a las solicitudes de comentarios.
Al igual que las personas que trabajan para un solo empleador, los trabajadores que pierden la cobertura de su plan de beneficios del sindicato pueden continuar su cobertura hasta 18 meses bajo la ley federal COBRA, pero los trabajadores que toman esa decisión generalmente tienen que pagar el costo total del plan.
Y la cobertura de COBRA no es barata. También pueden inscribirse en un plan en el mercado de su estado establecido por ACA o, si califican, en Medicaid, el programa federal-estatal para personas de bajos ingresos.
Cuando la pandemia golpeó a mediados de marzo, Dee Nichols había registrado 512 de las 600 horas que necesitaba acumular, en un período de seis meses, para calificar para la cobertura de salud con el plan de salud de la Industria Cinematográfica.
Nichols, un operador de cámara de Los Angeles que es miembro del Local 600 del International Cinematographers Guild, tenía programados dos contratos a principios de marzo que le habrían permitido alcanzar el umbral para el 21 de marzo, el final de su período de calificación para la cobertura. Pero la producción se canceló.
El plan de salud de la Industria Cinematográfica también ofreció cierto alivio a los miembros, incluyendo la extensión de algunas horas de crédito, la renuncia a las primas para los dependientes y la oferta de subsidios para COBRA.
Pero la asistencia no ayudó a Nichols a calificar para la cobertura.
Él y otro miembro forman parte de una demanda colectiva que argumenta que el plan de salud tiene la responsabilidad, según la ley federal, de tratar a todos los participantes por igual.
El plan de salud no respondió a una solicitud de comentarios.
No está claro cuándo “Volveremos a trabajar”
Para ayudar a sus miembros durante la pandemia, el plan de salud de la Actors’ Equity Association renunció a las primas durante tres meses a partir de mayo y ofrece, temporalmente, un plan de menor costo hasta fin de año.
Pero como estos planes de varios empleadores se autofinancian, pagan los reclamos de los miembros directamente. Eso puede causar problemas cuando el trabajo es escaso y los empleadores no pagan al fondo.
“Todos estos fondos de salud tienen diferentes capacidades financieras, y deben mantener reservas para preservar la cobertura de sus miembros”, explicó Brandon Lorenz, director de comunicaciones de la Actors’ Equity Association, que representa a aproximadamente 52,000 actores y directores.
SAG-AFTRA, que ha proyectado un déficit de $141 millones en su plan de salud este año, anunció cambios de gran alcance en la cobertura para el próximo año, incluyendo umbrales más altos en las ganancias y días trabajados para calificar para la cobertura.
Esto podría ser un desafío adicional para Jeffrey Farber, quien está preocupado por las oportunidades de trabajo que estarán disponibles cuando la industria se recupere.
“Nadie sabe cuándo se reanudarán las producciones o si volveremos a trabajar”, señaló.
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